Hay momentos en la vida en que nos toca ponernos a prueba, poner en valor lo mejor de nosotros, aceptar abnegadamente las cartas que nos pone la vida, en los que la humildad y la propia naturaleza se encuentran en el filo del abismo.
Nuestra condición humana se pone a prueba y tenemos que gestionar nuestros instintos y nuestra propia razón de ser; nadie es más ni menos que otro, estamos expuestos a lo mismo.
Nos toca demostrar nuestra capacidad racional como seres inteligentes que somos capaces (y lo somos) de convertir este obstáculo es uno más, aunque no menor, dejar trabajar a los responsables. Especialmente a los equipos sanitarios, que lo están dando todo. A ellos, gracias.
Toca ser disciplinados, no salirse del guion, que esto pase con el menor daño posible. Toca cuidar y no perjudicar a los más vulnerables, una responsabilidad que es la seña de combate. Tenemos una responsabilidad ante el presente y para el futuro. Nada será igual, pero seremos mejores si todos hacemos lo que debemos.
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