Empleo

"Tienen a la clase media inflada a impuestos"

abr. 1, 2019

"Estamos sobrerregulados. La reforma laboral llegó tarde. Se podría haber hecho bastante más amplia. Creo en los sistemas mucho más abiertos donde se pueden hacer reducciones de personal a un coste muy inferior". Quien habla es Oliver Alonso, presidente del Grupo Domingo Alonso, quien en una extensa entrevista en La Provincia se declara proamericano en la ley laboral, pienso que la facilidad de reestructurarte y a un costo muy inferior ayuda a sobrevivir a las compañías y sobre todo a que la economía se recupere más rápido.

"En Europa tenemos una moral socialdemócrata inexistente en EE UU", explica. "En Europa, el papá Estado lo regula todo. En EE UU sólo hay un objetivo: impulsar la economía para que a todos nos vaya bien. Europa no valora el esfuerzo y en EE UU te lleva a una situación económica mejor". E incide, sobre todo, en la cuestión fisal. "En el modelo europeo la clase media está absolutamente inflada a impuestos, no puede trabajar más para disfrutar de una prosperidad mayor. En EE UU pagaba un 34% de IRPF y aquí el máximo. A mí me parece amoral pagar más de un tercio de tu salario, ganes lo que ganes". Por eso, en su opiníón, "una de las principales medidas que hay que tomar en España es bajar la fiscalidad, el Estado tiene que aprender a gestionar con menos dinero. Aquí, cuando el Estado no funciona bien, lo dotamos de más recursos. Es un saco sin fondo, todo el mundo lo ve y nadie hace nada".

Asegura no verlo claro de cara a las próximas elecciones generales. "Los dos partidos mayoritarios están en un nivel de corrupción muy fuerte y los otros que todavía no han gobernado... Mi padre decía que esta sociedad está corrupta. Y es verdad".

Y habla de montar una empresa en España. "Es bastante aburrido emprender en España, desmotivador", asegura. "Los emprendedores se meten en proyectos por la pasión de crear, como un artista cuando hace un cuadro. No puedes matar esas ganas de hacer cosas. Muchas veces no las haces por dinero. Hay que fallar para aprender y acertar la próxima vez".

También habla de la transformación digital, que en su compañía empezó hace 18 años. "No encontrábamos soluciones adecuadas para controlar nuestro negocio, para tener la información de una manera más rápida, clara e imposible de manipular", explica. "Ahora estamos en la transformación digital: conseguir que el cliente esté en el centro de atención y ser el Amazon de la movilidad. Queremos saber, en el buen sentido de la palabra, absolutamente todo lo que el cliente desea, comunicarnos con él, estar mucho más cerca y darle alternativas en el transporte".

¿Cómo lo hace Domingo Alonso? "No creemos en el free-floating (empresas que tienen vehículos repartidos por toda la ciudad para que los usuarios puedan dejarlos también en cualquier aparcamiento.) pierdes dinero. El mercado no está todavía preparado. Hemos sacado las motos eléctricas y, en Las Palmas, de parking público a parking público puedes moverte. Estamos trabajando también con renting flexible de furgones, hemos creado nuestra propia compañía de renting privado, corporativo, para rent a car. Tenemos proyectos en los que trabajamos como startups, lo ponemos en marcha y ya veremos cómo lo monetizamos".

Porque, para él, la clave está en la transformación digital. Y cita como ejemplo Portugal un mercado que conoce muy bien. "Se han dado cuenta de que la necesidad de la transformación digital, de la formación que tiene su población y tienen una capacidad tremenda para atraer a multinacionales que se establezcan con laboratorios tecnológicos en Lisboa". Y sentencia: "España lo podría haber conseguido. España tiene un déficit de transformación digital brutal. Yo, si fuese presidente del Gobierno, lo que haría, antes que ninguna otra cosa, es nombrar un ministro de la transformación digital".

Mercado del automóvil

Alonso se muestra escandalizado por la resticción al diésel. "Se ha demonizado el diésel, ¡nos encanta el populismo! Lo bueno es tener diferentes soluciones. En Europa, el diésel es importante. Es tan bueno que, si se prohibiese, habría emisiones superiores", explica. "Nos dedicamos a demonizar una solución tecnológica en pro de otra que tampoco está demostrada como la mejor. En el caso de los eléctricos, ¿qué vamos a hacer con las pilas? Nadie contesta. Y el día que falte el mineral para las baterías, ¿qué hacemos? Hay que seguir invirtiendo en investigación, lo admiten los fabricantes. Estudiar el hidrógeno, motores eficientes de gasolina y diésel. Así vamos creando un mix de futuro. Descartando una alternativa concreta, los políticos crean una enorme inestabilidad en el consumidor, en el fabricante y en las redes de distribución".