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“Creo en una sociedad en la que quien más trabaja, más gana. En un modelo como Estados Unidos”. Para Oliver Alonso, CEO del grupo Domingo Alonso y miembro del CÍRCULO DE EMPRESARIOS DE GRAN CANARIA, el problema del modelo económico radica en la cultura inculcada en Europa, en la “cultura del esfuerzo” que, a su juicio, Estados Unidos tiene y nuestro continente no ha sabido desarrollar. “El estado de bienestar es, en muchos aspectos una buena noticia. Pero se ha alimentado una cultura de proteccionismo que es a la vez fortaleza y debilidad”.
Este excesivo proteccionismo de los gobiernos es según Alonso, el principal freno para el desarrollo de la economía. Buen ejemplo de ello ha sido el Ejecutivo canario que, con su maraña legislativa ha lastrado el avance de las Islas. El empresario cree que en el archipiélago “sobra burocracia” y, por eso, a los inversores no les resulta atractivo invertir en Canarias. “Somos una gran oportunidad pero no se dan las condiciones”, opina. “Canarias sigue siendo pobre porque el marco legislativo así lo ha provocado”. Pero no solo para las inversiones foráneas, el freno existe también para los emprendedores autóctonos que quieren desarrollar su idea en las Islas: “Mientras que en EEUU se les dan facilidades, nosotros les bombardeamos”.
Oliver Alonso cree que Canarias debería dejar de mirar modelos como Singapur o Miami y centrarse en las oportunidades que les brinda el entorno. Crear su propio modelo. “Si aprovechamos con inteligencia nuestro know how, tendremos opciones de ser realmente atractivos para los países de nuestro entorno”.
Para ello, el cambio necesario para que la sociedad y la economía canaria prosperen pasa por el escenario político: “Nadie está pensando en qué debe hacerse para mejorar”, opina Alonso. “Hay que analizar qué administraciones necesitamos realmente o cómo lograr que los ciudadanos tengan un mayor margen para las oportunidades y el consumo”. Sin embargo, poco parece importar este hecho al Gobierno tanto autonómico como estatal ya que, a pesar de la crisis por la que ha pasado España, el número de empresas públicas y empleados de ellas ha aumentado.
En la actualidad, el verdadero progreso reside en la clase media. Por eso, es a ella a la que hay que buscar incentivar y a la que hay que reducir una presión que la está asfixiando. “Vivimos una dinámica según la cual los que tienen mayor poder adquisitivo viven cómodos, los más pobres tienen cubierto lo elemental y es la clase media la que ni lo uno ni lo otro”. En su opinión, la clase media es la principal víctima de una política y unos políticos que no parecen tener tiempo para definir una estrategia y un objetivo nítido para el país o la sociedad de dentro de 20 años.
