¿Cuál es el mejor índice para medir una adecuada política económica y social? El Círculo de Empresarios de Gran Canaria cree que es el pleno empleo, porque indica un buen entendimiento y concierto entre política, mercado laboral y empresarios, y porque cuando este se produce se logra que las necesidades sociales de la comunidad están cubiertas.
Según este razonamiento, y así lo entiende el Círculo de Empresarios de Gran Canaria, no se está leyendo bien el partido (por usar un símil futbolístico). Tenemos un 20% de paro, esperamos un crecimiento esperado de la población del 26% en la próxima década, según el CES (Consejo Económico y Social), y un estancamiento del crecimiento económico. Además, contamos con un 63% de trabajadores de países foráneos a la Unión Europea en la economía sumergida, según la encuesta de población activa al cierre de 2019. Por si fuera poco, nuestro sistema educativo no forma a los jóvenes para las necesidades del mercado laboral en conocimientos y valores, y contamos con una economía fundamentada en un solo sector: el turismo. ¿Y cuál es la medida adoptada ante esta situación? ¡impuestos y más impuestos! La pregunta es, ¿no se trataba de crear empleo?
El Círculo se ha pronunciado en repetidas ocasiones sobre la singularidad del “momento económico” del archipiélago, demandando atención en los diagnósticos, eficacia y eficiencia en la gestión de los recursos públicos y acierto en el rumbo y las decisiones políticas. Y con relativa frecuencia, junto a los hechos consumados de subidas de impuestos, se anuncian nuevas figuras impositivas con un único objetivo: recaudar.
En el resto del país estamos viviendo un ejemplo de libro sobre decisiones políticas de consecuencias inesperadas por falta de un previo y adecuado análisis. Podemos observarlo en el castigado sector primario: decisiones como el alza de impuestos o el salario mínimo y la caída de aranceles de terceros países y como no se puede imponer un incremento brusco a los precios, se produce la ruina del agricultor. La solución del gobierno es disminuir las peonadas, es decir, generar paro.
La política económica tiene, como todas las ciencias, caminos claros para conseguir determinados objetivos y de fácil explicación. Cuando las explicaciones no existen o no son convincentes es muy probable que no existan caminos definidos. Lo que sí constituye un camino claro en medio de este delicado equilibrio es que debe primar el dialogo y el consenso entre política y economía.
El Círculo de Empresarios de Gran Canaria mantiene el discurso, como no podía ser de otra forma, de que es necesario mantener un crecimiento sostenido y cualificado de la economía. Y esa tarea requiere: inversión pública productiva, estímulos administrativos a la actividad empresarial, lucha contra la economía sumergida, disminuir la presión fiscal, optimizar la gestión de los recursos públicos y dar siempre la última palabra al diálogo.
