Fiscalidad

Fiscalidad nórdica: el ejemplo a seguir para nuestra economía

Fiscalidad nórdica: el ejemplo a seguir para nuestra economía

nov. 23, 2018

En la actualidad, las mejores cifras de paro, prosperidad económica y bienestar de la población se dan en el norte de Europa. Países como Noruega, Suecia, Dinamarca o Finlandia son un ejemplo continuo del éxito como sociedad… y como economía.

Las comparaciones son odiosas, pero si pretendemos mejorar, no hay mejor manera que echando un vistazo a las cifras. Para eso, el Círculo de Empresarios nos plantea una serie de gráficos que dejan en evidencia una correlación directa entre la tasa de desempleo y el peso de la economía sumergida con el PIB per cápita. Aquellos países con un PIB más alto siempre ofrecen una relación muy baja de economía sumergida. Lo que conlleva, de manera directa una tasa de desempleo menor.

Pero no es lo único en lo que nos sacar años de ventaja. El diseño de su sistema tributario permite unos ingresos públicos menos sensibles a los ciclos económicos Así, los países nórdicos presentan una menor presión fiscal impositiva en el Impuesto de Sociedades y en las Cotizaciones a la Seguridad Social a cargo de la empresa, favoreciendo la creación de empleo y la actividad empresarial.

Para España, la mayor traba reside precisamente en el exceso de impuestos al que nos vemos sometidos tanto empresas como ciudadanos. Además de la poca flexibilidad de nuestro mercado. El Instituto de Empresa Familiar analizó este mismo año esta deficiencia de nuestro sistema. Y destacaba la “necesidad de superar las trabas que dificultan actualmente el crecimiento de las empresas”. Para ello, sugerían “reformas de calado” tanto en la educación, fundamental a la hora de afrontar la entrada al mercado laboral, como en fiscalidad. Además, habría que contar con nuevas medidas fiscales como la rebaja en cotizaciones o la eliminación de tributos. Todos ellos, obstáculos demasiado grandes para el crecimiento empresarial.

Estos mayores ingresos sin ahogar a las empresas privadas han posibilitado en los países nórdicos que los gastos públicos siempre se hayan mantenido por debajo de los ingresos (suponen tan solo un 42,3% del PIB) favoreciendo así la riqueza del país y la posibilidad de dedicar esa inversión a la mejora de infraestructuras y servicios sociales. 

Si nos fijamos en España, los tipos impositivos se sitúan por encima de la media Europea. Sin embargo, esto no repercute en una mejora del presupuesto público. Debido, principalmente al exceso de economía sumergida y a la alta tasa de desempleo en comparación con nuestros vecinos norteños.

Etiquetas: fiscalidad europa