Fiscalidad

El falso debate sobre los bajos impuestos empresariales

El falso debate sobre los bajos impuestos empresariales

ago. 18, 2017

Ha vuelto a circular por medios de comunicación y redes sociales la idea de que las empresas españolas pagan pocos impuestos y que han de pagar más. Una vez más, se pervierte el debate debido  que no se tiene en cuenta que los impuestos se pagan teniendo en cuenta las bases imponibles, y no le beneficio contable. Este último es es lo que la empresa gana, y el primero es sobre lo que tributa tras deducciones y ajustes. 

Según los últimos datos de la Agencia Tributaria, los beneficios empresariales no han llegado a recuperarse a niveles de 2007. La recaudación por Impuesto de Sociedades supera los de 2009 (20.188 millones) y casi al nivel de 2008 (que fue de 27.301 millones), pero el estimado de 2016 (23.400 millones aproximadamente) está muy lejos de 2007: más de 44.823 millones de euros.

Así las cosas, los tipos que pagan las empresas son del 22,7% de media. En el caso de las grandes empresas es del 19,8%. Esto lo explicamos ya en un post anterior que te dejamos aquí., aunque las cifras eran de un ejercicio anterior.

La presión fiscal a las empresas en España sigue estando por encima de la media de la OCDE y las contibuciones a la Seguridad Social son de las más altas, tomando como referencia un soltero de 30 años sin hijos).

De hecho, la prueba de que la idea de que en España las empresas pagan menos que las de nuestro entorno es falsa es que no contamos con miles de ellas instaladas en nuestro territorio, como sí sucede en Irlanda, Holanda o Luxemburgo.

No somos amigos de los impuestos altos. El CÍRCULO DE EMPRESARIOS DE GRAN CANARIA ha reclamado en innumerables ocasiones que se relaje la presión fiscal sobre empresas y cuidadanos. "La clase política, en lugar de devolver el sacrificio hecho por los ciudadanos a lo largo de los años de crisis, pretende seguir imponiendo tasas tanto a empresas como a productos para engrosar a un más sus cuentas públicas”, asegurábamos en un comunicado emitido en mayo pasado.

Pero, más allá de este detalle, buena parte del mundo político y de la sociedad vuelve a caer en el error de demonizar a las empresas  en vez de considerarlas la apuesta de futuro para lograr crear empleo y riqueza. Ahora que España vuelve a encontrarse en un ciclo expansivo es importante proseguir la internacionalización y consolidación de un sistema productivo español fragmentado, dependiente de las pymes y con bajos niveles de rentabilidad. 

El objetivo ha de ser precisamente que aumenten las bases imponibles, lo que permitirá que los sectores de alto valor añadido se desarrollen y mejore los ingresos fiscales sin sangrar la cuenta de resultados. ¿Modelos para ello? Ya los hemos dicho: Irlanda, Holanda o Luxemburgo.