Desmantelamiento del Estado del bienestar, recortes en Sanidad y Educación. Esas han sido dos de las armas usadas por buena parte de los partidos políticos para criticar las medidas de ajuste puestas en marcha por el Gobierno de Mariano Rajoy para enderezar la economía desde 2011 La cuestión es, ¿es cierto que ha habido tales recortes? La respuesta es clara: NO.
Según los cálculos de BBVA Research citados en el estudio Notas para una política fiscal en la salida de la crisis, citado por el diario ABC, el gasto público en sanidad ha crecido un 18,2% desde 2003 y en educación un 18,5% en el mismo periodo en términos reales y por habitante (salvo educación, que se refiere, como es lógico, a la población entre 6 y 24 años).
Generalmente, la métrica usada es el gasto público como proporción de PIB, que refleja el esfuerzo fiscal de la economía en su conjunto. Sin embargo, en un contexto de recesión como la vivida por España, esta fórmula no hace sino aumentar la proporción de gasto. Lo que se ha hecho entre 2009 y 2014 es corregir el aumento del gasto público que tuvo lugar entre 2003 y 2009 y que povocó un déficit fiscal después de que cayesen los ingresos a raíz de la crisis.
"A pesar de la pérdida de empleo masivo que se ha sufrido durante la crisis, España ha sido capaz de salvaguardar su Estado de bienestar. Los ajustes nos han devuelto a los niveles de 2007, antes de la crisis, pero no más", asegura Rafael Doménech, economista jefe de economías desarrolladas de BBVA Research. Y no sólo se trata del gasto en sanidad y educación. Y los datos del gasto público total también ofrecen la misma conclusión: el gasto real por habitante se ha reducido en algo más de nueve puntos entre 2009 y 2014, recorte que llega después de un incremento acumulado de 23 puntos entre 2003 y 2009, con lo que sigue habiendo un incremento de 13 puntos entre 2003 y 2014 (lo puedes ver con más claridad en el gráfico que acompañamos).
En el informe de Doménech, elaborado junto a Javier Andrés, catedrático de la Universidad de Valencia, y Ángel de la Fuente, de Fedea, se expone además que "el gasto total e incluso el gasto sin intereses por habitante se sitúan en la actualidad al menos en los mismo niveles que en 2007. Es decir, los datos no respaldan la percepción de quienes consideran que desde 2009 se ha producido un enorme recorte del gasto que está comprometiendo gravemente los servicios públicos esenciales, al menos si suponemos que estos funcionaban razonablemente bien antes de la crisis".
A la misma concusión se llega si se desglosan los componentes del gasto. Así, el informe sostiene que que el "gasto total, incluso medido por habitante, puede proporcionar una idea un tanto engañosa de la capacidad de prestación de servicios de nuestras administraciones públicas porque incluye partidas que han crecido por motivos variados sin que eso redunde necesariamente en mejores servicios para el grueso de la población". ¿De qué partidas habla? advierten los economistas. Las partidas que más han crecido son desempleo y pensiones, junto con los intereses. Excluyéndolas, "se observa una caída de unos 13 puntos de PIB desde su máximo en 2009 que no debe esconder una ganancia de ocho puntos desde 2003.
El estudio llega a concluir que de cara al cumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria, el Estado aún tiene margen para reducir ese gasto sin dañar la calidad de los servicios públicos y advierte de que el nivel actual de ingresos tributarios será insuficiente para eliminar el déficit y satisfacer las necesidades actuales de gasto de la sociedad española.
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