Economía

Toca hacer recuento de daños y coger las riendas

Toca hacer recuento de daños y coger las riendas

jun. 8, 2020

Los empresarios hacen recuento de daños y se aprestan a tomar de nuevo las riendas de sus negocios para conducirlos a buen puerto, según describe el periódico La Provincia en su edición de este lunes. Este diario señala que los hay más optimistas y menos dados a las alegrías, pero todos coinciden en que el proceso no será sencillo, sobre todo porque es la primera vez, también para todos ellos, en que han vivido una casi absoluta paralización global de la economía.

La Provincia recoge la valoración de diferentes empresarios isleños, entre ellos destacados miembros de Círculo, que reproducimos a continuación:

Mario Rodríguez. El presidente de Grupo San Roque propone encontrar “un medicamento que quite el miedo”. Ese, el temor ciudadano más allá del que tiene carácter fundado, es uno de los grandes obstáculos que puede encontrarse en medio de la senda hacia las cotas que venía alcanzando el producto interior bruto (PIB) del Archipiélago hasta febrero, unos 48.000 millones de euros. Por el momento, recién salidos de la zona más enrevesada del atolladero, este empresario del ámbito de la sanidad señala que toca poner la carne en el asador para lograr que el destrozo que el parón de la economía provoca “sea el menor posible”.

Y en eso tendrá mucho que ver el nivel de paralización que la pandemia haya instalado en la mente de los ciudadanos. “Con toda la prudencia y, por supuesto, no a costa de volvernos a infectar”, recalca, pero Rodríguez sí considera necesario que la sociedad comience a recuperar libertad de movimientos y a hacer uso de esas conquistas; algo esencial para animar el consumo.

Por lo que concierne a su empresa, ya están recuperando a parte del personal que se vio afectado por expedientes de regulación de empleo (ERTE), una situación que no duda en calificar como “desagradable”. ¿Una empresa dedicada a la Sanidad que prescinde de parte de su plantilla en plena pandemia global? La paradoja basta para hacerse idea de la dependencia que el turismo crea en prácticamente todos los rincones del proceso productivo canario. Hay centros sanitarios orientados a los visitantes y ubicados en zonas donde la actividad alojativa lo es todo. Esos hospitales se vieron afectados por el cero turístico.

Sobre el proceso de salida que está en marcha, estima que España va “a destiempo” en comparación con el resto de Europa y, para evitar pasos atrás, considera ineludible que los ciudadanos “tengan más cuidado. Ya está dicho que el coronavirus ha venido para quedarse, tenemos que actuar en consecuencia”, detalla el también el expresidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), que no considera sencillo que la población, sobre todos los jóvenes, “pasen del hedonismo al distanciamiento social” en un margen de tiempo tan corto.

En torno al comportamiento de la Unión Europea (UE) en toda esta crisis y la resistencia de algunos países a la financiación del desastre, asume que la consideración de “fiesta continua” que las naciones del Sur tienen para las del Norte “es cierta de alguna manera”. Se refiere de esta manera a todo el dinero proveniente de Bruselas que se despilfarró en el pasado en “obras que no eran necesarias. Tenemos más kilómetros de trenes de alta velocidad que ningún otro país, aeropuertos que nadie usa y, además, un gobierno mucho más numeroso que el alemán, cuando allí tienen más habitantes”, enumera el presidente de Grupo San Roque.

En una visión histórica de esa tirantez entre los países del centro y el norte de Europa y los más meridionales, considera que España se equivocó en los siglos pasados “tirando de espada” y “despreciando el negocio y el comercio”. El resultado es que hoy “ellos están mucho más industrializados que nosotros y afrontan problemas como este en una situación mucho más saneada”.

Óliver Alonso. “Tras la hibernación hay muchas personas que siguen en el invierno”, ironiza el presidente y CEO de Grupo Domingo Alonso. Con esa frase alerta de que ha llegado la hora de “despertar” y ponerse manos a la obra para, “cada uno en su ámbito”, devolver el movimiento a la economía.

“Me empeñé en que al menos el 50% del personal regresara a la oficina ya, porque el del bar de la esquina también vive de nosotros”, expone como ejemplo de lo nefasto que resultaría prolongar la inactividad y la paralización más allá de lo que dicta la lógica sanitaria. Hacerlo significaría prolongar el “hundimiento del consumo”.

Ahora bien, la vuelta a la actividad le está demostrando que son legión los ciudadanos que han decidido dar un paso adelante. “Estoy gratamente sorprendido, la actividad en los talleres y la venta de repuestos están a un nivel que no esperaba”, relata. Eso les permite rescatar cada semana de los ERTE a empleados que retornan con “mucha ilusión a recuperar la vida que les robó el Covid”, explica Óliver Alonso.

Todo ello le conduce a ser “optimista”, por lo que ya empieza a pensar que un año que, como el presente, se daba por prácticamente amortizado “no está perdido del todo. Antes parecía que los pesimistas eran los más inteligentes”, expone para recalcar que ese tiempo ha pasado y ahora hay que volver a la normalidad cuanto antes, siempre sin apartarse del camino de la precaución que evite indeseados nuevos sustos.

Alberto Cabré. Para el consejero delegado de Atlantis Publicidad, el riesgo es inherente a la condición de empresario y precisamente a una situación arriesgada, por desconocida, se enfrentan ahora las empresas. “Todo ha cambiado y tenemos que adquirir estrategias nuevas de compra, comerciales, tecnológicas, humanas, todo”, enumera. Como ejemplo cita el teletrabajo, al que “ya nos hemos acostumbrado” y antes de la pandemia ocupaba una cuota residual en el proceso productivo.

En ese cambio de paradigma que asume, también destaca, como Óliver Alonso, la importancia que cobra en el momento actual el optimismo. Además, incide en que esta crisis difiere en todo de la anterior, porque ahora “ni hay rescate bancario, ni la prima de riesgo se ha disparado, incluso la Bolsa lleva días subiendo”.

¿Qué hacer entonces en el momento actual? “Trazarse objetivos”, recomienda como fórmula para recuperar la senda del crecimiento, y siempre con la capacidad y necesidad de revisar la ruta a cada instante. En todo ello, el “optimismo” por bandera, resalta quien también presidió la CCE y se ha destacado en estos meses por defender que la salida del agujero se va a producir antes de lo que se prevé.

El próximo ejercicio brindará la posibilidad de escalar de manera continuada hacia las cotas reales –no afectadas por pandemias– de la economía del Archipiélago. “La recuperación va a seguir una progresión geométrica”, sostiene.

Juan Miguel Sanjuán. “Hay que hacer todo lo que ya podemos hacer, pero siempre dentro de los parámetros de la prudencia”. Así resume Juan Miguel Sanjuán, presidente de Grupo Satocan, la necesidad de abandonar cuanto antes la parálisis y conjugar la actividad con la asepsia.

Eso pasa por que cada empresa, cada trabajador y cada ciudadano ponga toda su atención en el cuidado propio y el de los demás. Entendido todo ello en sentido amplio. Es decir, un contagio por una imprudencia puede terminar en un rebrote que nos vuelva a meter en casa, lo que todos los consulta- dos consideran que sería un golpe demasiado duro.

La paralización por la pandemia ha dejado enseñanzas que el presidente de Grupo Satocan estima que no caerán en saco roto. Alude entre ellas a la irrupción del tele- trabajo, que en su opinión “se quedará, por la ventaja que supone en lo sanitario y porque permite la conciliación laboral”.

Sobre la regulación en el camino hacia la nueva normalidad, le asombra que se asuman riesgos como la reapertura de algunos centros educativos “y no en otras actividades que permitan al consumo” recuperar el pulso. Al respecto, manifiesta “la tristeza” que le provoca haber encontrado ya el cartel de “traspaso en algunas tienditas” de las Islas.

Germán Suárez Calvo. El presidente de Astican llama a la “responsabilidad” para desterrar cualquier posibilidad de una recaída, que considera resultaría “muy dolorosa”. En su opinión, el último cuatrimestre debe estar totalmente libre de ese peligro para poder “compensar algo el desastre de estos meses”.

La “incertidumbre” que la expansión de la pandemia ha provocado desde marzo ha llevado a los clientes a retrasar, hasta al menos septiembre, sus encargos. “Ante el peligro de poder quedar atrapados aquí, la práctica totalidad ha optado por esa decisión”, subraya Germán Suárez Calvo.

Entre los factores para tener en cuenta para evitar rebrotes, el presidente de Astican incide en la necesidad de que se pongan en marcha cuantos protocolos sean necesarios para garantizar que el coronavirus no entra por puertos o aeropuertos.

Volviendo a la posibilidad de un rebrote, afirma que se afrontaría desde el conocimiento que han aportado estos casi tres meses. “Todo hemos aprendido mucho”, afirma, pero para lo pueda venir, anima a la Administración “a hablar con todos los sectores que se ven afectados” de cara a mejorar la toma de decisiones. “A lo mejor les podemos ayudar”, destaca.