Economía

Gran Canaria llega tarde y cede el gas a Tenerife

Gran Canaria llega tarde y cede el gas a Tenerife

may. 17, 2017

Gran Canaria corre el riesgo de quedar al margen del desarrollo del transporte marítimo al derivar el suministro de gas licuado a Tenerife por seguridad. Actualmente, las infraestructuras existentes en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria no pueden afrontar al mismo tiempo las operaciones de carga y descarga de otros productos como puerto base con el suministro de gas y por ello, la Autoridad Portuaria de Las Palmas se ha visto obligada a pedir ayuda a Santa Cruz de Tenerife para que este servicio se realice en la isla vecina. 

Todo ello a pesar de que, a día de hoy, el puerto de Las Palmas de Gran Canaria ya cuenta con varias solicitudes por parte de navieras para repostar Gas Natural Licuado. Pero la falta de planificación e infraestructuras ha llevado a este error desde el punto de vista estratégico. La derivación del suministro supone para Gran Canaria una pérdida de competitividad, liderazgo y oportunidades de crecimiento estratégico en un sector tan importante como es el energético y en una actividad fundamental para un territorio insular: el transporte marítimo. 

Salvador Capella, director de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, explicó que todavía se encuentran realizando estudios para la instalación de las plantas en la parte trasera del muelle Reina Sofía. "No queremos ir dando palos de ciego", se justificó. Actualmente, el puerto capitalino es uno de los principales en la red española y por ley, deberá disponer de este tipo de infraestructuras antes del 31 de diciembre de 2025, según la directiva de la Unión Europea. A partir de 2020, la UE también hará obligatoria la implantación del gas natural licuado en los barcos por su menor impacto contaminante en la atmósfera. 

El gas natural licuado es una energía que reduce las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) en un 70%, no produce compuestos de azufre ni partículas (causantes de la lluvia ácida) y hasta en un 30%‎ la emisión al medioambiente de gases de efecto invernadero (CO2). Por ello, los nuevos cruceros en construcción ya cuentan con motores que demandan este tipo de combustible. Lo que hace totalmente necesario que haya capacidad de suministro en el puerto de Las Palmas si este quiere seguir siendo base para este tipo de actividades

Empresas energéticas como Disa, Cepsa y Enagás también han alentado a la autoridad Portuaria de Las Palmas a crear instalaciones con celeridad capaces de ofrecer el suministro de gas licuado. Santiago Rull, consejero delegado de DISA, destacó la idoneidad de la capital grancanaria para ofrecer este combustible en su puerto, gracias a las condiciones geoestratégicas: “En Santa Cruz, a 200 metros de la costa ya tienes 30 metros de profundidad”. Esto dificulta y encarece la creación de cualquier tipo de instalaciones. Por ello, el Puerto de La Luz, "siendo una infraestructura tan desarrollada, sería una pena que no ofreciera ese producto”, comentó.

El previsible crecimiento de la demanda también hace fundamental el desarrollo, a través de una planificación ordenada, de unas infraestructuras que permitan proyectar las necesidades presentes y su futuro crecimiento. Gran Canaria no puede perder más tiempo. Es importante no hipotecar aún más el futuro de la actividad de los puertos insulares. Porque recordemos que no es solo cuestión de suministro de energía. Hablar del gas licuado es hablar de puestos de trabajo, de importantes inversiones apoyadas a través de los fondos europeos, de mayor eficiencia medioambiental de nuestro transporte marítimo, y además de todo ello, de mantener la capacidad competitiva de nuestra isla. 

Este hecho, ya había sido vaticinado por numerosos miembros del CÍRCULO DE EMPRESARIOS DE GRAN CANARIA como Agustín Manrique de Lara, Juan Miguel Sanjuán y Germán Suárez Calvo. Además de José Llorca, presidente de Puertos del Estado. La negativa entonces y la tardanza actual no hacen sino poner de manifiesto la nefasta gestión del sistema energético en la isla

Gran Canaria ya ha perdido una oportunidad de oro. Pero ahora se trata de no retrasarnos más. El futuro del transporte marítimo que marca Europa pasa por el gas. Y aquel puerto que no tenga instalaciones adecuadas quedará al margen de mercado.