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Francisco Suárez:

Francisco Suárez: "Día de relevos en el Círculo"

may. 4, 2016

“No hay motor más sólido para la economía que la iniciativa privada”. Es la opinión de Francisco Suárez Álamo, director de Canarias 7en su editorial de hoy. El máximo dirigente del medio alaba la labor tanto del CIRCULO DE EMPRESARIOS DE GRAN CANARIA como en especial, de su nuevo presidente, Mario Romero Mur, por fomentar el debate político y económico en las Islas. “Mario Romero Mur, que combina simpatía con el debido carácter, lleva toda la vida haciendo eso que en la mayoría de las ocasiones no se le reconoce al empresario: complicarse los días y las noches arriesgando el capital en busca de un beneficio que es más que legítimo y, de paso, contribuyendo a que la economía se mueva, pues no hay motor más sólido que el de la iniciativa privada”. Además valora el pasado político de Mur, sabedor que “quien ha estado a ambos lados de la barrera” es más fácil que “pueda acertar cuando se hacen sugerencias a los que ahora tienen el poder ejecutivo”.

La carta del director de Canarias 7 también alaba la figura del antecesor de Romero Mur al frente del Círculo. “Germán Suárez se ha ganado a pulso el reconocimiento de todos por su talante, su apuesta por el diálogo y su visión de negocio”., afirma Suárez. “Hecho que ha posibilitado llevar a cabo un acercamiento de los empresarios necesario para eliminar leyendas negras infundadas sobre sus participantes”.

Porque, en su opinion, el CÍRCULO DE EMPRESARIOS DE GRAN CANARIA lo forman “unos empresarios que de cuando en cuando se ven, comparten opiniones, diseccionan lo que están pasando, invitan a figuras del mundo institucional y tres o cuatro veces al año comparten su parecer con el resto de la sociedad en forma de comunicados que tienen una relevancia derivada del peso específico de quienes lo integran”. Y concluye: “Por separado, son figuras relevantes y, juntos, casi todo”.


Este es el texto completo de la Carta de Francisco Suárez Álamo.

Sobre el Círculo de Empresarios de Gran Canaria ha recaído desde tiempos casi inmemoriales una leyenda que ha tenido mucho de negra. Y, como en toda leyenda que se precie, seguramente hay poco de verdad y mucho de fantasía, algo que en parte ha alimentado el propio Círculo porque no es una plaza pública en la que se sientan a debatir: son unos empresarios que de cuando en cuando se ven, comparten opiniones, diseccionan lo que están pasando, invitan a figuras del mundo institucional y tres o cuatro veces al año comparten su parecer con el resto de la sociedad en forma de comunicados que tienen una relevancia derivada del peso específico de quienes lo integran.

En esto, por cierto, conviene poner nombres y apellidos porque así se entenderá mejor que no hablamos de un foro cualquiera. En el Círculo están: Mario Romero Mur (desde ayer nuevo presidente); Germán Suárez (hasta ayer el presidente); José Julio Artiles (desde ayer nuevo vicepresidente): Antonio Bonny; Germán Carlos Suárez; Sergio Alonso; Oliver Alonso; Antonio Armas; Alberto Cabré; Rafael Cárdenes; Pedro Agustín del Castillo; Ángel Ferrera; Juergen Flick; Manuel Freire; Domingo González; Eustasio López; Agustín Manrique de Lara; Rafael Méndez; Francisco Javier Puga; Mario Rodríguez; Juan Miguel Sanjuán; Juan Agustín Sánchez; y Lothar Siemens. Por separado, como verán, figuras relevantes y, juntos, casi todo.

Ahora que acaba el mandato de Germán Suárez, sería de justicia reconocer su labor pero creo que sobra ese esfuerzo. El empresario se ha ganado a pulso el reconocimiento de unos y otros por su talante, su apuesta por el diálogo y, también, su visión de los negocios. Ha ayudado así a dar visibilidad al Círculo y también a que esa leyenda negra que rodeaba a esta entidad sin ánimo de lucro se vaya reduciendo de manera notable. Su sucesor recibe, por tanto, un testigo de oro y, conociendo al relevista, doy por hecho que le pondrá pasión al reto de mantener el listón.

Mario Romero Mur, que combina simpatía con el debido carácter, lleva toda la vida haciendo eso que en la mayoría de las ocasiones no se le reconoce al empresario: complicarse los días y las noches arriesgando el capital en busca de un beneficio que es más que legítimo y, de paso, contribuyendo a que la economía se mueva, pues no hay motor más sólido que el de la iniciativa privada. También es verdad que pasó por la política, cosa que no oculta y que incluso lleva a gala, pero quizás por eso sabe mejor que otros que nada más oportuno de quien ha estado en los dos lados de la barrera para acertar cuando se hacen sugerencias a los que ahora tienen el poder ejecutivo.

Y ya puestos, toca felicitar también al nuevo vicepresidente, José Julio Artiles, que supongo que se enfadará porque su afán de protagonismo es igual o menor que cero.